Acción o distracción
Tengo un buen rato pensando, meses si pudiésemos decirlo, qué me hizo crecer tan rápido profesionalmente 20 años atrás. Donde en un trayecto de 5 años pude lograr lo que imaginé hacer en 20 años. En mi mente quería ponerlo un poco elegante como “hacía un mayor esfuerzo por trabajar cada día” o quizás un poco más rústico, “hard work pays of” o más directo como “workaholic”. Pero en el tiempo de reflexión me ha dado a entender que es por no andar distraído.
En la primera década del 2000 no se tenía el nivel de híper-conectividad en la que hoy vivimos. La dopamina era trabajar o estudiar, sin mirar para los lados. Hoy dopamina es el “scroll” infinito. En los 2000–2010’s nuestra motivación era interna, hoy la queremos externa. ¡Ay el FOMO!
Cada escenario te lleva de un extremo hacia otro pero, ¿dónde está el equilibrio? Si es que existe.
Esto me lleva a un entendimiento de que, hoy en día, tenemos un alto de nivel de distracción en las cosas que otros quieren. Desde que nos despertamos vemos cómo cada elemento que compone nuestra red social moderna quiere presentarnos, quiere dejarnos saber lo que “son”, quieren llevarte a entender lo que “viven” o quieren dejarte ver lo que quieren. Y ahí es donde radica el punto de divergencia entre lo que somos y lo que queremos por lo que otros muestran que son.
La acción nos lleva a poner en práctica lo que somos y lo que queremos ser. La distracción nos arrastra hacia la realidad del otro y lo que deja ver. Como actuamos cada día es lo que nos define. ¿Quieres hacer tu propia definición o que otros definan por ti?
Por más que quieras vivir en el multiverso, tu realidad llega cuando las luces se apagan.