Digitalización
Digitalización
Siempre me ha fascinado la buena escritura, poder disfrutar el suave trazo de la pluma sobre un papel que permita deleitar el hermoso color de la tinta que emana del instrumento de escritura. De la misma manera disfrutar de cómo los trazos del lápiz en el iPad pueden reflejar esos mismos trazos, con la distinción de poder distribuirlo digitalmente de forma rápida y efectiva.
Pudiera decirse que los escritos en el iPad es una digitalización versus lo que escribimos en una hoja de papel, pero es lo mismo, sólo en medios distintos. Tienen las mismas características, pero en “papeles” diferentes.
Gartner define la digitalización como el uso de tecnologías digitales para cambiar un modelo de negocio y proporcionar nuevos ingresos y oportunidades de generación de valor. SAP va un poco más lejos y ve este proceso más práctico: la definición [de digitalización] es cuando los datos de toda la organización y sus activos se procesan a través de tecnologías digitales avanzadas, lo que conduce a cambios fundamentales en los procesos comerciales que pueden generar nuevos modelos comerciales y cambios sociales.
A diferencia de la transformación digital del negocio (TD), la digitalización es un evento que surge desde el interior de la organización para servirse y servir a sus clientes. La TD es, en su mayor principio, una iniciativa que surge alrededor de las necesidades del cliente y, en su mayoría, surge como un nuevo modelo de negocio para la organización.
Siempre me ha llamado la atención cómo confundimos la transformación digital con la digitalización, y vendemos esta última como la primera, generando una falsa expectativa al público que se obtendrán los mismos resultados con ambas o que tendremos más tracción del cambio por medio de usar las “palabras mágicas”.
Haciéndolo práctico, para digitalizar necesitamos de procesos optimizados, herramientas tecnológicas que nos permitan cubrir el proceso de inicio a fin y consumir los datos de una forma tan eficaz que nos permita tomar decisiones en línea:
Rafael Camilo necesita concertar una cita médica con su cardiólogo, puesto que lleva unos meses no sintiéndose bien. Entra al portal de su galeno favorito para coordinar dicha cita. Credenciales a mano, el portal lo espera con su historial médico en línea y con la opción de concertar la cita lo antes posible, habilitándole el calendario según la disponibilidad del doctor. Una vez concertada la cita, la Sr. Camilo le llega al buzón de su correo una invitación a su calendario, con un enlace al portal médico donde puede ver el detalle de la convocatoria y hacer el triaje de antemano.
Llega el día de la cita, recibe un enlace para pagar la diferencia a cubrir según la cobertura de su seguro y el turno que le consigna la plataforma para el momento de sus atenciones. Llega al centro médico, el turnero toma la información debida del código QR que le llegó a su aplicación de mensajería instantánea favorita y al momento le llama el médico asistente para servirle.
iPad a mano llega el especialista como salvador del universo, con toda la información necesaria para iniciar consulta, teniendo un diagnóstico al 75% pendiente por definir el 25% restante según las respuestas del paciente y teniendo ya analizado los estudios médicos y los patrones que Rafael ha venido teniendo presentados en un cuadro de control a su cardiólogo en jefe.
Llega el fin de la consulta, Rafael se va un poco cabizbajo por el resultado de su cita, con la indicación médica en su plataforma médica, con un listado de farmacias que pueden suplirle esos medicamentos, sus precios y la cobertura de su seguro según su plan. A casa va el paciente a la par el mensajero del expendio médico camino a entregarle el tratamiento sugerido por su médico y con la certeza que todo estará bien.
Pudiera este escrito parecer una fábula e imposible de ver realizado, pero es algo que la digitalización es capaz de hacer palpable, de ver cómo podemos servir por las tecnologías digitales a nuestro favor y al de la sociedad también.
Pensemos fuera de nuestra zona de confort y veamos realizables todas aquellas ideas locas que tengamos en mente o que no nos imaginamos posibles por burocracias, leyes o demás. Nadie sabe si de ahí nazca un unicornio.